Cuando usas lentes por primera vez o al cambiar de aumento, es normal que pases por un periodo de adaptación con ligeras molestias que puede durar horas, días o incluso semanas dependiendo del caso.
Sin embargo, si las molestias persisten y comienzan a afectar tu calidad de vida podría tratarse de un problema más grave, como la mala graduación de tus lentes.
Aquí te compartimos 7 señales comunes que podrían indicar que necesitas revisar tu graduación visual.
1. Dolores de cabeza frecuentes
Padecerlos al final del día o después de leer, trabajar en computadora o usar el celular, es una señal clásica de que tu esfuerzo visual está siendo excesivo.
2. Visión borrosa o distorsionada
Si notas que los objetos se ven borrosos de cerca o de lejos, o que tu enfoque tarda más de lo normal, es momento de una revisión.
3. Fatiga ocular constante
Sensación de cansancio en los ojos, ardor o necesidad de frotarlos. Esto puede deberse al sobreesfuerzo por compensar una graduación inadecuada.
4. Mareo o vértigo leve
Al caminar, leer o cambiar de dirección con la vista. Esto puede ser resultado de una graduación desequilibrada entre ambos ojos.
5. Dificultad para adaptarte a nuevos lentes
Un poco de adaptación es normal, pero si después de una semana sigues viendo raro, podría haber un error en la receta.
6. Necesidad de quitarte los lentes para ciertas actividades
Por ejemplo al ver el celular, leer o mirar a lo lejos. Esto no debería ocurrir si la graduación es correcta.
7. Pérdida de nitidez o contraste
Si todo parece menos nítido o los colores se ven más apagados, puede que tus lentes ya no estén funcionando como deberían.
¿Qué hacer si mis lentes están mal graduados?
Acude de inmediato a tu oftalmólogo para revisar la receta y ajustar tus lentes. También puedes considerar opciones como la cirugía refractiva que eliminan la necesidad de utilizar lentes.
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