Si eres profesor/a seguro que más de una vez has estado frente a un salón de clases repleto de alumnos que lejos de estar motivados por aprender parecen tener una actitud reacia a las clases.
No se trata de que tu programa de educación sea tedioso ni de que tu forma de exponer resulte sosa, en realidad esto puede deberse a muchos factores fuera de tu control, pero la buena noticia es que se trata de una situación que puedes convertir en una mejor experiencia tanto para ti como para tus alumnos.
En este blog te hablaremos de algunas estrategias clave para lograr que tus alumnos se sientan entusiasmados y comprometidos con su educación:
Fomenta un aprendizaje significativo
Entre los principales factores que pueden influir en la motivación de los estudiantes se encuentra la conexión entre lo que aprenden y su vida cotidiana. Cuando los alumnos no ven relevancia en los temas que estudian, es probable que pierdan interés rápidamente.
¿Cómo implementar un aprendizaje significativo?
Intenta relacionar los contenidos de tu plan de estudios con experiencias reales. Por ejemplo, si enseñas matemáticas, puedes mostrar cómo se aplican estos conocimientos en la administración del dinero para tener unas mejores finanzas personales y así convertir tu enseñanza académica en un aprendizaje de vida.
Incluye proyectos prácticos para que tus alumnos no solo se queden con la teoría sino que se sumerjan en actividades que les permitan ejecutar todo lo que aprendan. Por ejemplo, si impartes clases de ciencias puedes hacer que tus estudiantes investiguen problemas ambientales de su comunidad y trabajen en sus soluciones.
Utiliza ejemplos cercanos a su realidad para que les sea más sencillo absorber los conocimientos al relacionarlos con experiencias de su vida diario. Por ejemplo, si enseñas historia puedes vincular tus clases con eventos recientes que tengan impacto en su entorno.
Al diseñar tu plan de estudios considera que darle un significado a los conocimientos que impartes más allá de aprobar un examen, hará que tus estudiantes se sientan más motivados porque entenderán que lo que estudian tiene un propósito práctico en sus vidas.
2. Crea un ambiente positivo y de apoyo
El entorno en el que se desarrolla el aprendizaje es clave para mantener la motivación de tus alumnos. Un aula en donde los estudiantes se sienten seguros, valorados y comprendidos fomenta el deseo de participar y aprender.
¿Cómo crear un ambiente positivo y de apoyo?
Fomenta la participación sin miedo al error. Desafortunadamente es muy común que en los salones se castigue con miradas o comentarios incluso de los mismos profesores a quienes se atreven a expresar sus dudas o comentarios, creando así un ambiente tenso donde hablar no es una opción.
Para evitarlo, debes crear un ambiente en el que los errores sean vistos como oportunidades de aprendizaje y no como fracasos, dando así libertad de expresión a todos y todas.
Usa el refuerzo positivo. Felicita a los estudiantes por sus avances, sin importar lo pequeños que sean. Un simple buen trabajo puede hacer una gran diferencia en su desempeño académico pero sobre todo en su confianza.
Establece normas claras de respeto y cooperación. Cuando los alumnos saben que sus opiniones y esfuerzos son valorados es más fácil que se sientan motivados a participar activamente.
Con acciones tan sencillas como estas puedes lograr crear un ambiente de confianza y respeto en donde los estudiantes se sientan cómodos explorando nuevas ideas y desafiándose a sí mismos.
3. Implementa estrategias de gamificación
El juego es una herramienta muy poderosa no solo para retener la atención sino también para motivar a los estudiantes. Cuando el aprendizaje se convierte en una experiencia lúdica, aumenta la participación y el interés en lo que se está aprendiendo.
¿Cómo implementar estrategias de gamificación?
Introduce retos y competencias amistosas. Puedes crear un sistema de puntos, insignias o recompensas para incentivar la participación y el esfuerzo, solo recuerda no convertir tu clase en una competencia ya que esto implica ganadores y perdedores, quienes, al contrario de lo que buscas, podrían verse afectados por este sistema.
Usa aplicaciones y plataformas educativas interactivas. Con las herramientas digitales que hoy en día tenemos a la mano como Kahoot, Duolingo o Quizizz es imposible que no las incluyamos en los métodos de aprendizaje actuales para hacer que las clases sean mucho más dinámicas y entretenidas.
Diseña actividades basadas en narrativas. Un ejemplo de esto es transformar una lección de historia en una misión en la que los estudiantes deban resolver un misterio del pasado. Esta estrategia puede hacer que los conocimientos sean mucho más fáciles de comprender e incluso de memorizar en el caso de la Historia.
La gamificación no solo hace que el proceso de enseñar y aprender sea más divertido, sino que también fomenta el compromiso y la persistencia ante los desafíos académicos, haciendo que los alumnos se inmiscuyan en su educación al 100%
Aunado a estas estrategias también puedes trabajar en la actualización y retroalimentación de tus conocimientos y habilidades. Por ejemplo, con una maestría en educación y procesos docentes o cualquier otro taller o diplomado que te ayude a mejorar continuamente.
¡Éxito en tus clases!
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