Hace un par de días se hizo tendencia en México el hackeo a la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), que además de toda la información filtrada también puso en evidencia la importancia de la ciberseguridad.
Este ciberataque fue realizado por el grupo Guacamaya, quien aprovechó una vulnerabilidad del servidor Microsoft Exchange para obtener 6 terabytes de información clasificada.
Dicha filtración de información pudo haber sido prevenida si el Gobierno de México contara con los recursos y conocimientos necesarios sobre ciberseguridad, por lo que la vulnerabilidad de nuestro país en materia cibernética quedó más que exhibida.
Pero esto no es nuevo, de hecho a nivel Latinoamérica, nuestro país es el que más ciberataques recibe. En cuestión de ciberseguridad ocupamos el lugar 84 de 160 por debajo de países como Perú, Colombia, Jamaica o Panamá.
No es la primera vez…
Nos gustaría decir que nuestro país tiene mucho que aprender de este hackeo y que derivado de ello seguro aumentarán los recursos destinados a ciberseguridad pero es poco probable que así suceda.
De hecho, esta no es la primera vez que ocurre un ciberataque a una institución gubernamental. Anteriormente había pasado con PEMEX en el 2019 cuando se filtraron 180 mil de sus archivos.
El año pasado la Lotería Nacional y la Plataforma Nacional de Transparencia también fueron víctimas de ciberataques. En este caso el método utilizado fue ransomware, uno de los ataques más usados en México.
La situación en nuestro país es tan crítica que según un estudio de Sophos, durante el 2020 de 200 organizaciones en México el 74% fue víctima de ransomware, teniendo pérdidas de casi 500 mil dólares.
Para el 2021 los ciberataques con este método habían crecido un 600% en México y el panorama para el futuro es que seguirán creciendo y afectando tanto a empresas gubernamentales como a privadas.
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