Quizás no lo has notado pero desde el pavimento que pisas cada día para trasladarte, la pasta de dientes con la que aseas tu boca y todos los objetos de vidrio que pasan por tus manos están hechos a base de arena o con materiales que se extraen de ella.

Este material de la construcción está en todas partes, se ha colado en cada parte de la sociedad actual, posicionándose como el tercer recurso más utilizado, sólo después del aire y del agua.

En el campo de la construcción se emplea como componente para crear hormigón y el cemento, y con ello rellenar espacios, como huecos en las paredes o en los entrepisos. La arena con demasiadas impurezas tiene un impacto negativo en el resultado del hormigón, provocando que éste tenga menos dureza o que afecte el tiempo de secado.
Una de las características principales y lo que la ha vuelto tan necesaria es que puede comprimirse fácilmente, su extracción presenta pocas dificultades y se le puede hallar en abundancia, aunque debido a la sobreexplotación también escasea.
Como dato curioso, podemos afirmar que una casa promedio ocupa 200 toneladas de arena y cada kilómetro de autopista unas 3 mil toneladas.

Por lo que en general, se estima que la producción global de arena supera los 15 mil millones de toneladas al año.

Hay diferentes tipos de arena, por ejemplo:

La arena fina se utiliza para la mampostería, mientras que la arena gruesa que se mezcla con gravilla se utiliza para fabricar pisos o como parte de la cimentación ya que tiene la cualidad de reducir las fisuras que aparecen en la mezcla al endurecerse.

¿Cómo se extrae?
Se extrae de canteras aluviales, ríos, lagos o depósitos volcánicos, pero también se puede obtener en forma artificial mediante la trituración de rocas por medios mecánicos. Ambos métodos de extracción dan como resultado un producto limpio, compacto, durable y resistente.

Para que cumpla con los estándares de calidad establecidos por las normas oficiales de construcción, no debe contener cantidades dañinas de arcilla, limo álcalis, mica, materiales orgánicos, entre otros componentes perjudiciales.


La arena de playa no sirve para la construcción ya que al estar en contacto con el agua, se vuelve húmeda.

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