Es bastante común que las personas que no nos dedicamos a la construcción o a la plomería, confundamos un tinaco con una cisterna, ya que ambas se utilizan para almacenar agua en grandes cantidades, sin embargo, es importante recalcar que no cuestan lo mismo y que ambas tienen cualidades que las vuelven únicas.
Partiendo de la diferencia más evidente, podemos decir que una cisterna se coloca o construye por debajo del suelo, de forma subterránea, mientras que un tinaco es un depósito que va directamente al techo y es la gravedad la encargada de hacer que el agua viaje por las tuberías hasta nosotros.
Características de las cisternas
Su garantía es de por vida y tiene un costo más elevado que los tinacos. Las más pequeñas pueden llegar a costar desde 3 mil pesos aunque no necesita grandes servicios de instalación. Se fabrican con polietileno lo que garantiza su impermeabilidad, proporcionando una gran resistencia y durabilidad, constituyendo una solución ideal para almacenar el agua sin que se alteren sus propiedades físicas.
Otros puntos a resaltar es que:
- Cuentan con 4 hombros y 3 cinturones de refuerzo que le proporcionan mayor resistencia a deformaciones
- Su etapa evita la entrada de virus y suciedades
- Su capacidad de almacenamiento es de hasta 10 mil litros.
Características de los Tinacos
Su fabricación utiliza tecnología de punta y polietileno de la más alta calidad, lo que los vuelve más resistentes. Marcas como Rotoplas, tienen garantía de por vida y sus costos son bastante accesibles, ya que los hay desde los 1500 pesos en sus tamaños más pequeños.
- Tiene aislamiento térmico
- Su limpieza es muy fácil y se puede hacer en casa
- Se puede observar desde el exterior el color del agua almacenada
- Su capa externa de color negro, impide que penetren los rayos UV y la luz solar, evitando la formación de bacterias.
Ya sea que te decidas por unas o por otras, no olvides considerar todas las necesidades de tu hogar.
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